La prueba se desarrolló el viernes 21 por la noche, y sábado 22 hasta la tarde, y he de decir que si bien ya estuve el año anterior, en esta ocasión la experiencia ha sido mucho mejor por varios motivos:
El viernes, en el tramo de Canencia, asistí a mi primer rally nocturno: una sensación diferente, que creo siente realmente el piloto, ya que desde la cuneta la percepción es algo difusa: el oído y el olfato se centran en descifrar el rugir del motor y el olor caracteristico de los carburantes, pero sin la vista se queda coja, y si además la sensación térmica se aproxima a 0º...
El sábado en la pasada de Navafría, con todos los sentidos puestos en el rally, me sorprendió la comparación entre estos pilotos y los de subida de montaña: son pruebas muy diferentes por el tiempo y esfuerzo requerido, pero esperaba más velocidad... Sólo algunos como Ojeda, algún Clio o Ferreiro con su impresionante cruzada, emocionaron realmente. Eso sí, poder ver a los GT del nivel de Porsche o Ferrari, impresiona a cualquiera, además de dar un caché importante a la prueba.
Percibí y pude verificar desde el lado del cunetero, cómo todos los pilotos somos iguales, cómo un grupo de cuneteros animando y transmitiendonos calor, hacen que hasta un piloto de regularidad cambie la intensidad y apriete el pie derecho para deleitar a su público. Comprobado!
Y por supuesto, por la inestimable compañía, ya que en la cuneta me acompañaban un gran número de miembros del Cabrone´s Team sin los que la experiencia no hubiera sido la misma, otros apasionados del motor que puedes conocer en http://www.lacabratiraalmonte.com/.
Una vez terminada la prueba, fuimos al Jarama: el día 6 de diciembre cada vez está más cerca... Me esperan unas tandas libres con las que el Peugeot 106 y yo nos estrenaremos en circuito. Ya os avisaremos en este blog.